SETENTA AÑOS DE LOS GRAVES INCIDENTES DEL LUNES DE BAILAS (y III)

La pradera de Las Bailas en una imagen tomada en 1989

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Pero quien tenía tomar nota, la debió tomar. Porque, en efecto, al año siguiente -1954- se edulcoró ligeramente el aludido Bando del Alcalde, sobre todo respecto de las normas para el Viernes de Toros, acaso porque la plaza había sufrido una pequeña reforma para darle más aforo y dotarla, en la medida de lo posible, de una mayor seguridad, la gran obsesión del Gobernador que tuvo el buen cuidado de que trascendiera a la población. Y las fiestas transcurrieron esta vez sin incidentes, o sea, como siempre.

Sin embargo estaba aún latente la asonada de un año antes y aquello, al menos desde los círculos de poder, no podía despacharse sin más. O lo que es lo mismo, la primera autoridad tenía que ser desagraviada. Y claro que lo fue. No faltó quien se ocupara de ello.

Esta vez sí, el periódico denominado ya Campo Soriano fue diligente, y en el primer número que salió a la calle tras el Lunes de Bailas, dio en  su primera página cumplida referencia del acto que había tenido lugar la tarde del Domingo de Calderas –curiosa y puede que también intencionadamente 29 de junio-, que tituló: “Popular demostración de afecto al Excmo. Sr. Gobernador civil”. Y subtituló: “Los jurados, cuatros de Cuadrilla y numeroso público, vitorearon a nuestra primera autoridad”.

El texto de la información, a dos columnas y en cursiva, decía así: “En la tarde del domingo pasado, Domingo de Calderas, en cuyo día culminan las Fiestas de San Juan, tuvo el pueblo de Soria un rasgo que es de justicia poner de relieve.

Decimos pueblo de Soria porque estas fiestas son populares, eminentemente populares, el Jurado en ellas, parece es la personificación del sentir del pueblo el cual siguiendo a los Jurados, vitoreó entusiásticamente, con afecto entrañable, con sentida emoción, a nuestra primera autoridad civil que, recogiendo y valorando esta demostración de cariñosa simpatía, acompañado de su distinguida esposa Dª Consuelo Espinosa de López Pando, saludó emocionado a los Sres. Jurados y a cuantos les acompañaban, saliendo a los balcones del Gobierno Civil, donde los Jurados, con los atributos de su autoridad fiestera vitorearon con inenarrable entusiasmo a nuestro gobernador excelentísimo señor don Luís López Pando.

Nos congratula este rasgo de nobleza del pueblo de Soria hacia la persona de nuestra primera autoridad, que desea igual que su propio bien, el progreso de Soria y su provincia, como, con hechos incontrovertibles, lo viene constantemente demostrando”.

Esta vez no hubo desórdenes no tampoco fue necesario que la Policía Armada formara delante del edificio.