SETENTA AÑOS DE LOS GRAVES INCIDENTES DEL LUNES DE BAILAS (II)

El Gobernador y otras autoridades de la época probando la caldera de los pobres (Archivo Histórico Provincial)

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Sin embargo, lo verdaderamente fuerte iba a venir al año siguiente. El 8 de junio de 1953 el ayuntamiento de Soria publicó un Bando firmado por el Alcalde Eusebio Fernández de Velasco en el que daba normas estrictas para cada uno de los días de las fiestas, especialmente para el festejo de la Compra del Toro y las corridas del Viernes de Toros, acompañadas de la correspondiente advertencia sancionadora en caso de incumplimiento, aunque no faltaran otras de índole pudiera decirse menor, aunque eso sí, encaminadas a ordenar en la más amplia acepción de la palabra el protocolo a seguir, como era el caso del orden que debía tener el desfile el día de La Saca y, por ejemplo, el número de veces que los vehículos, cualesquiera que fueran, podían pasar por El Collado, pero que en definitiva no tenían otra finalidad que la de ejercer el mayor control posible sobre cualquier movimiento de la población por intranscendente que pareciera.

No llamaron tanto la atención las instrucciones dictadas para La Compra, que, en síntesis, venían a regular la condición de vehículo legalmente autorizado el determinado por la Jefatura de Obras Públicas y el transporte de personas al Monte Valonsadero, como las acordadas para el Viernes de Toros que, salvo alguna razonable, no tenían desperdicio: “1º Se exigirán rigurosamente los billetes de entrada a la plaza. 2º Los palcos (se ponían a la venta entre los accionistas de la plaza y quienes estuvieran interesados) se reservarán a los usuarios, advirtiendo que en ningún caso se permitirá en ellos mayor número de espectadores que los marcados en el aforo correspondiente. 3º Queda prohibido terminantemente entrar en la plaza con palos, bastones, etc., así como arrojarse al ruedo mientras no haya terminado el espectáculo. 4º Finalizadas las corridas, los espectadores saldrán por las puertas de costumbre, quedando prohibido que los espectadores de los tendidos salgan por los palcos para buscar los accesos de salida. 5º Las puertas de la plaza de toros se abrirán dos horas antes de iniciarse el espectáculo”.

En cualquier caso, en el ayuntamiento no las debían tener todas consigo, porque unos días antes de las fiestas del año 1953, la Corporación en pleno conocía “una moción suscrita por varios concejales (no se sabe ni se sabrá a instancias de quién) en la que proponen para salir al paso de determinados bulos propalados, [que] todos [los sorianos] colaboren con las autoridades para que reine el mayor esplendor durante los festejos”.

Las fiestas, al menos de cara al exterior, discurrieron con normalidad, incluido el partido de fútbol contra el equipo alemán Freiburger, a la misma hora que la novillada de la tarde del Viernes de Toros, hasta el estallido de la noche del Lunes de Bailas, en que se montó una buena hasta el punto de que una compañía de la Policía Armada llegó a estar formada delante del edificio del Gobierno Civil en previsión de las derivaciones que pudiera tomar el conflicto, y de la que setenta años después no hay una versión oficial (ni se conocerá) de los graves incidentes acontecidos.

 

 

2 opiniones en “SETENTA AÑOS DE LOS GRAVES INCIDENTES DEL LUNES DE BAILAS (II)”

  1. El tradicional «Viernes de Toros» es actualmente el «Viernes de Travestis»; debido a que coincide día mas o día menos con el «día del orgullo gay» y es una forma discreta de celebrarlo sin declarar abiertamente esta variación de gustos.

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