EL COLEGIO MENOR MASCULINO

El Colegio Menor de Juventudes «General Yagüe», comúnmente conocido como Colegio Menor Masculino (Archivo Histórico Provincial)

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La creación al comienzo de los años sesenta en una zona emergente de la ciudad, como era la del alto de San Francisco, del oficialmente denominado Colegio Menor de Juventudes “General Yagüe” –a efectos prácticos conocido como el masculino para no confundirlo con el otro, el de las chicas-, o sea, el hoy llamado Residencia Juvenil Gaya Nuño, junto al Polideportivo de la Juventud, exactamente en uno de los ángulos del solar triangular de la que había sido Huerta de San Francisco, que el ayuntamiento cedió a la Delegación Provincial de Juventudes, supuso un elemento innovador en la oferta de este tipo de instalaciones hasta entonces desconocidas en Soria. Muy pocos años después se construyó el femenino, el Antonio Machado, en la plaza de José Antonio (en la actualidad de Odón Alonso), delante de las desaparecidas Casas del Ayuntamiento –nunca del Castilla, como habitualmente se las llama con el más absoluto desconocimiento de la Soria de la época-, o lo que es lo mismo, frente a la que fue fachada principal del campo de deportes de San Andrés, pero las expectativas que suscitó –aun siendo importantes- no fueron ni de largo las que despertó el otro, sin duda por encontrarse éste ya en pleno funcionamiento.

El acuerdo de construcción del Colegio Menor –el masculino- trascendió a los sorianos en los últimos días de enero de 1963 cuando tras una reunión de la Comisión Provincial de Servicios Técnicos (una especie de Consejo de Ministros de ámbito provincial para decidir y gestionar las necesidades de las corporaciones locales) que presidía el Gobernador civil, celebrada un sábado por la tarde, se anunció, junto a algunas otras importantes inversiones en la provincia, una de ocho millones de pesetas, “después de laboriosas gestiones llevadas a cabo por la Delegación Provincial de Juventudes y el gobernador civil y jefe provincial [del Movimiento, Eduardo Cañizares] que en su día encontraron el apoyo unánime por parte de la Diputación provincial, el Ayuntamiento [de Soria] y veintiuna corporaciones locales” (en su mayoría de la zona de pinares, por lo que se dijo) luego de haber sido autorizadas éstas, como era preceptivo, por la Dirección General de Administración Local del Ministerio de la Gobernación.

La información, en cualquier caso, tenía mayor alcance, o dicho de otro modo, el asunto estaba lo suficientemente maduro cuando se dio a conocer. Porque, en efecto, además del importe de la partida para la ejecución del proyecto ya se dijo taxativamente aquel mismo día que el Colegio Menor “será regentado por la Organización Juvenil Española y será destinado para aquellos alumnos que realicen estudios de enseñanza oficial en nuestra ciudad”. Y más aún, se anunció la capacidad de 200 plazas y que “probablemente empezará a funcionar el próximo curso 1964-1965”, es decir, año y medio después.

No se cumplieron las previsiones marcadas para la apertura –más o menos como viene ocurriendo ahora con cualquier realización que se anuncian- pero en el otoño de 1966 el proyecto era una realidad. Lo recordaba Benito Hernández, Jefe de Estudios del Colegio Menor de Juventudes “General Yagüe”, en un artículo publicado hace años en la Revista de Soria en el que hablaba de la importante función a desarrollar por el centro haciendo referencia expresa a actividades muy concretas como por ejemplo “Sus Fiestas de Primavera” que eran, sin duda, el emblema para la proyección exterior que se necesitaba en una época de cambio, al menos aparente, al tiempo que subrayaba que “como el Pabellón Polideportivo [de la Juventud, que estaba a punto de inaugurarse] tendrá siempre un singular valedor, como en su día tuvo promotor, en la persona del Delegado Provincial de Juventudes D. Blas Carretero García”.