LOS COMIENZOS DEL FÚTBOL FEMENINO EN SORIA

Vista general del Campo de San Andrés durante el partido de fútbol femenino Sizam-Cibeles (Archivo Radio Nacional de España)

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Como en otros muchos lugares de España, el fútbol femenino era hasta no hace tanto una de las asignaturas pendientes del deporte soriano pues las referencias que existían sobre el ejercicio de la actividad incluso sin otra pretensión que la de práctica social –cuanto ni más de competición, algo muy diferente- no sólo no abundaban sino que más bien, y siendo generosos, escaseaban.

En la etapa pudiera decirse moderna, uno de los antecedentes que se recuerda hay que situarlo en el último tramo de los noventa cuando surgió, dio la impresión que sin posibilidad de retorno, el proyecto de uno de los colegios privados de la capital de haber constituido el primer equipo femenino de fútbol en Soria del que por cierto nada más se supo o, al menos, no se tiene constancia.

Aun en el supuesto de que la iniciativa hubiera salido adela nte la realidad es que fútbol de mujeres ya se había visto en Soria con anterioridad al menos un par de ocasiones antes, bien es cierto que rodeado de un aura de espectáculo más por lo que tenía de novedoso que como actividad deportiva. Así podrá entenderse mejor que el domingo 9 de mayo de 1971 el viejo campo de San Andrés registrara “un llenazo como en los mejores tiempos del Numancia”, escribió en Campo Soriano el querido y recordado compañero Marciano Sanz Mozas, para presenciar el encuentro entre los equipos madrileños del Sizam y el Cibeles Cultural, referencias del incipiente fútbol femenino en aquel momento, que terminó con victoria del primero (4-0). El partido lo organizó el Radio Club Juventud de la emisora local Radio Juventud de Soria (hoy Radio Nacional) a beneficio de su obra cultural y recreativa. Aquella tarde el histórico recinto contó con la asistencia de “muchas más féminas que de costumbre comprendidas en todas las edades; chicos jóvenes, señores mayores, los aficionados de siempre…”, de tal manera, que el campo presentó “el aspecto de un día de fiesta grande” dijo Soria-Hogar y Pueblo en la crónica que firmó J. Alcalde Rodríguez, yo mismo. Es cierto que la convocatoria –en realidad, un partido de exhibición- no dio para mucho más pero qué duda cabe que algún poso debió quedar porque coincidencia o no dos años después volvía a repetirse la experiencia, en esta ocasión en favor de una causa diferente como lo fue el Campeonato de España de Ciclismo juvenil que la Real Federación Española de Ciclismo había confiado al Club Ciclista Soriano. Habida cuenta la importancia del presupuesto y los apoyos recibidos había que sacar dinero de donde se pudiera y qué mejor, a la vista de lo acontecido, que anunciar un nuevo partido de fútbol femenino que, aunque no con la celeridad que se presumía, iba cubriendo etapas en su práctica y difusión. Con las mismas, el jueves 31 de mayo de 1973, festividad religiosa de la Ascensión, que aún no había sido traslada al domingo, se enfrentaron en San Andrés, unos meses antes de su cierre el 1 de noviembre en que se disputó el último partido oficial, los equipos del Aragón y Río de Zaragoza capital en un encuentro para el que se fijaron precios populares: veinticinco pesetas costaron las localidades de general, quince las de señoras y diez pesetas las de los niños. El compromiso, para que no falte ningún dato, finalizó con empate a uno y el público asistente, que no respondió como en  la ocasión anterior, se divirtió y pudo advertir el notable avance experimentado por el fútbol femenino en tan corto periodo de tiempo.